domingo, 12 de febrero de 2012

CRUJIENTES DE CANGREJO


Con este nombre cualquiera pensaría que se trata del colofón de uno de esos platos de nombre interminable que los restaurantes super de moda tienen en sus menús jajajaja pero es que no sabía como llamarlo, por lo simple y por lo original :)



No se trata más que de los humildes palitos de surimi, mal llamados de cangrejo, que se compran tanto en fresco como congelados. A mí, así tal cual no me llaman mucho la atención, me gusta más comerlos en la versión rallados, que chica, será lo mismo, pero sabe diferente jajaja

Bueno pues este descubrimiento ha sido fascinante, la alquimia o magia de la cocina no deja nunca de sorprenderme y siempre gratamente.

La cuestión es que hay que desenrollar los palitos, que no son más que una lonchita bien enrolladita, con mucha delicadeza para evitar que se nos rompan, esto, en fresco o bien descongelados claro queda :)

Una vez desenrollados, ya se podrían meter al horno tal cual pero después de varias pruebas a mi me salen mejor si los corto en triángulos porque cogen color por todos lados más parejos :)


Pongo todas las lonchas unas sobre otras y corto triángulos parecidos, no hay que usar regla jejeje

luego los coloco para que quepan todos en la bandeja del horno, sobre papel vegetal, bien planos y los meto en el horno precalentado a unos 180 º
a los pocos minutos voy espiando como están y ya se aprecia por los filos que se están dorando y si te fijas ya se ven burbujas de aire en algunos :)
unos pocos minutos más tarde ya es evidente que se están hinchando y poniéndose doraditos doraditos :)
Hay que vigilarlos muy de cerca y en cuanto tienen un dulce y bonito tono dorado suave por toda la superficie hay que sacarlos volando del horno y quitarlos de la bandeja para que no se sigan cocinando :)
aquí te pongo una foto de uno, partido por la mitad, para que veas como el aire lo ha hinchado y lo ha convertido en una especie de patata frita de las de bolsa :)
y ésto es lo que pasa como te despistes un minuto más de la cuenta, que se oscurecen a la velocidad del rayo y aunque siguen siendo comestibles dejan un regustillo al final que a mi no me gusta nada nada jejeje

Y eso es todo lo necesario para disfrutar de un picoteo crujiente, saladito, original tanto sólo como para mojarlo en salsitas de guacamole, o queso cremoso o paté a las hierbas o a lo que sea... además una vez fríos los puedes guardar en una bolsa o un recipiente bien tapado y duran días sin perder su textura, así que puedes hacer unos cuantos cada vez que enciendas el horno para aprovechar el calor y tenerlos preparados para cualquier ocasión, incluso para llevártelos a donde quieras jejeje



Sírvete y disfruta :)